Cuando el tiempo te da la razón (y el poder sigue sin árbitros)
A veces el tiempo habla más claro que cualquier titular. Pero aunque nos dé la razón, los que manejan el tablero siguen jugando sin árbitros. Este texto es una llamada a no resignarse, a mirar lo que se repite… y a preguntarnos por qué lo aceptamos.
Cuando el tiempo te da la razón (y el poder sigue sin árbitros)
Trump y Xi vuelven a mover las piezas sin reglas, como si el mundo fuera solo su tablero personal. Ver aquí
Hoy es 5 de junio de 2025.
Y sí, otra vez, Trump y Xi Jinping han hablado por teléfono.
China, a través de la agencia Xinhua, habla de entendimiento, de diálogo, de cooperación.
Trump, fiel a su guion, ha preferido los tambores de guerra: amenaza de aranceles si no hay cesiones.
Una misma llamada, dos realidades.
Como si ni siquiera estuvieran hablando del mismo planeta.
Y mientras tanto, el resto del mundo… a mirar desde la banda.
Sin árbitros. Sin reglas. Sin voz.
Esto no es nuevo.
Hace unos meses publiqué aquí un artículo con un título casi premonitorio:
"El mundo que ya no juega limpio."
Entonces lo escribí desde la intuición. Hoy, lo ratifica la realidad.
Cuando las normas son flexibles solo para los poderosos, lo que se quiebra no es el equilibrio… es la confianza.
Y sin confianza, ni los tratados ni los pueblos aguantan mucho.
🌍 Los acuerdos se rompen sin pestañear.
🛑 Las amenazas se normalizan.
🕳️ La verdad ya no es verdad: es una versión entre muchas.
Y el ciudadano —siempre el último— acaba atrapado entre relatos enfrentados y decisiones ajenas.
¿Qué nos queda frente a eso?
Decirlo.
Escribirlo.
No callarlo.
Aunque no tengamos misiles. Ni redacciones influyentes. Ni asientos en la ONU.
Aunque nuestro poder se limite al teclado, al voto, a la palabra.
Nos queda defender una idea sencilla y profunda:
Un mundo sin reglas no es un mundo libre.
Es un mundo a la deriva.
Y en ese mar revuelto, siempre naufragan primero los de abajo.
🧠 Por eso hay algo que necesitamos recuperar con urgencia:
el pensamiento crítico.
Esa brújula que no depende de ningún bloque ni bandera, y que nos permite distinguir entre el ruido y lo real.
Porque si no queremos vivir entre gigantes que deciden por nosotros, más nos vale aprender a pensar… antes de que también eso nos lo quiten.
Una llamada entre dos potencias. Dos relatos opuestos. Y la certeza de que, sin reglas, los ciudadanos siempre pierden primero.
José Moreno Robledillo
Junio 2025
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