El espejo canario
¨El espejo canario muestra la paradoja de unas islas con hoteles de lujo y récords turísticos, pero con los salarios más bajos de España y una esperanza de vida por debajo de la media. No es cuestión de carácter, son decisiones políticas y económicas que han empobrecido a quienes sostienen la industria.¨
Si queremos entender qué ha pasado en España, a veces basta con mirar a pequeña escala. Canarias es ese espejo incómodo que refleja lo mejor y lo peor de nuestras decisiones colectivas.
Canarias tiene hoy más turistas que nunca, pero menos esperanza de vida que la media española. Ese espejo no se explica solo con cifras actuales: viene de lejos.
1993: el giro
En 1993 llegué a Tenerife. Bahía del Duque aún no había abierto sus puertas (lo haría el 20 de noviembre), y las islas estaban sumidas en una crisis industrial: el tabaco perdía peso, la agricultura retrocedía, el paro en España tocaba el 23,9% y se destruían más de 422.000 empleos. Era el fin de un modelo y el inicio de otro.
Bahía del Duque fue el símbolo de esa transición: del taller y la fábrica al resort de lujo. Detrás, una familia que venía del tabaco (CITA, Tabacos de Canarias) y que más tarde vendería a Gallaher para reorientar su grupo al turismo (CIO). La historia de Canarias se jugaba ahí: de la fábrica al hotel, del cultivo al "todo incluido".
El escaparate y la vida real
Treinta años después, la paradoja se mantiene. Una recepcionista de noche cobra 1.200 € en un hotel donde las habitaciones se pagan a 300 € la noche. Esa es la distancia entre el escaparate y la vida real.
¿Cómo se entiende que en una industria puntera, que mueve millones, los trabajadores apenas puedan llegar a fin de mes?
¿Cómo se justifica que solo un 3% de los directivos del sector turístico sean canarios?
Durante más de veinte años se castigó cualquier intento de elevar salarios. Se mantuvo una diferencia negativa del 20% en el convenio de hostelería. Se empobreció deliberadamente a una población que sostenía el negocio, como si la riqueza fuese compatible con la pobreza del trabajador.
Operaciones millonarias
Hoy el dinero no falta. En 2025 se cerró la mayor operación hotelera individual en España: 430 millones de euros por el Mare Nostrum Resort (Arona). Y ahora se habla de una oferta de 320–350 millones de euros por el Bahía del Duque, de la mano de Lopesan y el fondo Stoneweg.
El mismo año que se pagan cientos de millones por hoteles, la diferencia salarial en Canarias sigue siendo de un -20% respecto al resto del país. Si hay millones para comprar ladrillo y marca, no me digan que no hay margen para pagar mejor a quien sostiene la casa.
El espejo que duele
Más turismo que nunca, menos años de vida que la media.
Canarias: 82,4 años frente a los 84 de España.
Ese es el verdadero espejo de Canarias.
Mientras tanto, el discurso fácil habla de "paguitas", como si fuese la gente la culpable. Pero no:
– No es "paguita", es política de convenios.
– Es política fiscal y de redistribución.
– Es política de vivienda, que dejó crecer un alquiler vacacional que expulsó a los vecinos.
– Es política autonómica y municipal, que prefirió mirar para otro lado.
Decisiones, no carácter
El espejo canario nos dice algo claro: no todo vale. Ni en Canarias ni en España.
El trabajador no puede seguir siendo el que paga el precio de los beneficios inmediatos.
No es cuestión de carácter.
No es cuestión de cultura.
Son decisiones.
Y esas decisiones tienen nombres, fechas y responsables.
No es carácter; son decisiones que se pueden cambiar.
La riqueza de un pueblo no se mide en euros, se mide en memoria.
Y la memoria de Canarias nos recuerda que no todo vale.
José