La sonrisa de la ilegalidad (III)
El 5 de septiembre la policía paró un camión-grúa que iba a colocar paneles a toda prisa sobre un local de la planta baja. Pareció una pequeña victoria: por una vez, el sistema reaccionaba a tiempo.
Fue un espejismo. Según vídeos y fotos grabadas por vecinos, en pocas horas llegaron varios operarios con un camión pequeño y subieron paneles por la zona de trabajo, aparentemente sin equipos de protección visibles y utilizando andamiaje de la comunidad, todo ello mientras las obras generales del edificio seguían en marcha. El resultado: la terraza quedó techada ese mismo día.
La comunidad hizo lo que tocaba: denuncia, acta notarial y precinto. Semanas después llegó la resolución municipal: con una comunicación previa y un proyecto técnico, la actuación se da por ajustada y se levantan las medidas cautelares. Nos guste o no, esa es la situación administrativa hoy.
Vuelve, por tanto, la sonrisa de la ilegalidad: quien corre más que la administración y regulariza después, obligando a convivir con el "ya está hecho". No hablo de héroes ni villanos; hablo de dinámicas que todos conocemos: cuando un expediente es largo y complejo, a veces solo se mira una hoja y el resto queda fuera de foco. No todos los políticos ni los técnicos son iguales —de hecho, muchos han trabajado bien—, pero basta con un trámite mal encajado para que todo se tuerza.
Un amigo de Granadilla me lo dijo paseando por la playa:
—José, cuidado: con los papeles se pueden hacer maravillas.
Y sí, a veces parece que se hacen.
¿De qué sirve cumplir si siempre llega antes quien se salta los tiempos?
No se trata de rendirse.
Queda huella documental: fechas, escritos, imágenes, informes y un rechazo vecinal claro. Eso importa, porque la memoria evita que lo anormal se vuelva costumbre. Hoy perdemos otra vez, pero también queda escrito que aquí hubo quien no calló. Cuidemos esa semilla.
Qué cambia ahora
• Seguir el expediente por la vía técnica y jurídica.
• Documentarlo todo (fechas, oficios, fotos).
• Reclamar reparaciones si hay afección a elementos comunes (andamios, cubremuros, cristaleras).
• Pedir por escrito plazos y responsables.
Para quien venga detrás
Que nadie empiece de cero. Aquí queda la cronología y el aprendizaje: anticiparse, coordinarse y no regalar dos días de ventaja.
Lee también:
• La sonrisa de la ilegalidad (I)
• La sonrisa de la ilegalidad (II)
✍️ José Moreno Robledillo
Septiembre 2025